La Familia del Deportista Exitoso

Detrás de cada deportista exitoso existe una historia familiar que ha favorecido su desarrollo.
Toda familia se estructura basada en las habilidades de sus miembros, buscando satisfacer las necesidades y cumplir con las responsabilidades de cada uno.
Si bien la concepción de la familia moderna ha cambiado mucho, hay factores que se mantienen constantes. El ejemplo más claro lo constituyen las responsabilidades irrenunciables de los padres. Ellos tienen el compromiso de proveer para la familia, proteger y formar a los hijos. Muchas familias saludables están empezando a reconocer que los hijos también tienen responsabilidades (no solamente derechos), que podríamos describir como respetar y obedecer a los padres, aprender, cuidarse y desarrollarse.
Buscando cumplir con la responsabilidad de formar a sus niños, muchos padres los llevan a clases de deporte. Al principio la mayoría simplemente quiere que sus hijos:
  • Hagan algo en las tardes
  • Hagan actividad física
  • Hagan un deporte que gusta a los padres
  • Aprendan a ganar y perder
  • Estén con amigos
  • Regresen cansados
  • No sean absorbidos por juegos de video.
El deporte es simple y muy divertido cuando los niños juegan por razones sencillas. Pero para algunos llega el día en que el deporte deja de ser sólo un juego. Usualmente esto ocurre cuando
  • El niño comienza a tener éxitos
  • El entrenador habla del “futuro campeón”
  • Las expectativas de los padres se elevan.
Desde ese momento el deporte deja de ser un juego y se hace una responsabilidad para los padres y para el niño. Esta nueva responsabilidad puede a traer conflictos y ansiedades a cualquier familia.
La familia de un deportista que entrena para la competencia no es una familia común. Tiene características que la diferencian de aquellas en las cuales los hijos solamente estudian o hacen deporte recreativo. Algunas de estas características son:
  • Un miembro tiene habilidades especiales
  • Este miembro requiere atenciones especiales
  • La familia establece un compromiso consciente o inconsciente con el deporte
  • La familia se estructura para atender las necesidades del atleta
  • Las necesidades de otros miembros son postergadas
  • Otras responsabilidades del deportista son postergadas 
  • Se generan nuevos gastos
  • El deportista se siente responsable con la familia
  • Se producen conflictos, ansiedades y presiones
Si bien debemos reconocer que toda familia normal vive conflictos y dificultades, la manera en que dichos conflictos se manejan la vuelve funcional o disfuncional. Tener en la familia un niño o un adolescente con potencial para ser campeón es un importante agente generador de conflictos. Una familia funcional tiene mejores posibilidades de manejar adecuadamente esos conflictos. También es verdad que un deportista formado en una familia funcional tiene mayores oportunidades de triunfar que el que está rodeado por una familia disfuncional.
Se espera que un niño que se prepara para el rendimiento deportivo se encuentre en un entorno que le ayude a alcanzar sus metas y manejar las presiones que el entrenamiento y la competencia generan. La familia y particularmente los padres son protagonistas en este proceso, que puesto en perspectiva no se limita a preparar un campeón, sino que pasa a ser esencial en la formación de un ser humano. Por eso es indispensable que la familia de un deportista con potencial se estructure de una forma saludable.

El deporte y el equilibrio familiar
Depende de los padres construir una estructura familiar equilibrada, mas se debe reconocer que no es fácil mantener el balance en las relaciones mientras se dan atenciones especiales a un hijo para que tenga éxito como atleta. No es fácil para los padres asumir un rol adecuado en la formación de un joven deportista, y no existe una receta exacta. Sin embargo sí conviene que los padres observen su propio desempeño en dos ámbitos.

Su posición frente al deporte de su hijo:
  • Los padres deben mantener un adecuado balance entre el apoyo para que los niños se sientan a gusto en el deporte, y el estímulo hacia el esfuerzo por conseguir objetivos de desarrollo.
  • Confiar en el entrenador, teniendo claro que se concuerda en los objetivos y método de trabajo que tiene con el niño.
  • Los padres deben tener un nivel de involucramiento adecuado, asistiendo eventualmente a entrenamientos y competencias. 
  • Todo lo anterior es posible si los padres aprenden a disfrutar del deporte de sus hijos.
  • Dar progresivamente más responsabilidades al joven deportista, como preparar sus equipos y ropa y manejarse con puntualidad.
Su posición frente a actividades no deportivas:
  • Enseñar hábitos de estudio, exigir buenas notas, enseñar a organizar el tiempo, permitir la diversión sana fuera del deporte, y cuidar el descanso. Un joven deportista tiene menos tiempo libre que otro que no entrena para la competencia.
  • Se debe dar la justa atención a la pareja y a los hijos no deportistas (no sólo cuando se porta mal o enferma), celebrando sus logros y satisfaciendo debidamente sus necesidades. Esto no es una compensación, sino precisamente dar a cada quien lo que le corresponde para prevenir un desbalance. El equilibrio en tiempo y atención implica tener actividades para los otros con atención exclusiva, de la misma manera que en el deporte se da atención exclusiva, y actividades de la familia en conjunto.
  • Por último, los padres deben además cumplir con sus propias responsabilidades laborales y sociales, siendo ejemplo de esfuerzo para sus hijos. 

Por dónde comenzar
Yo recomiendo que, luego de revisar los puntos descritos arriba, los padres de familia se enfoquen en lo que ya están haciendo bien. Esa debe ser la base sobre la cual empezarán a construir, y progresivamente ir avanzando en los puntos que se hagan más fáciles.
La consistencia y la perseverancia son actitudes esenciales, pues debemos comprender que la historia familiar del deportista exitoso no viene escrita, sino que se va desarrollando paralelamente con sus avances y la aparición de nuevas necesidades.

(Publicado en CLUBES LA REVISTA en Julio 08)