El Deporte como Entrenamiento de Valores

Hace unos meses vino a mi consulta un señor que había sido un importante atleta juvenil de alto rendimiento. Viajó a Estados Unidos para estudiar una carrera universitaria gracias a una beca deportiva, y hoy se ha asentado en Ecuador como un ejecutivo brillante y exitoso. Me comentó de qué manera la formación de deportista sigue ayudándole en su vida actual, me aclaró por qué el entrenamiento y la competencia fueron tan importantes para él. Hoy como padre se pregunta si sus hijos podrían hacer uso de los mismos medios para conseguir los mismos valores y habilidades.
Muchos padres se hacen la misma pregunta: ¿es el deporte el medio correcto para que mis hijos reciban una educación en valores? La respuesta es sí. Y también no.
Un palo de golf puede ser usado para golpear a alguien y un cuchillo puede ser la herramienta de un artista. El deporte es también una herramienta, que puede ser usada para formar y para deformar. El hecho es que puede ser muy efectiva en cualquiera de las dos direcciones. Para tomar una vía o la otra es importante definir ante el deportista si es más importante hacer las cosas bien u obtener resultados de cualquier manera.
El deporte tiene que ser visto como un laboratorio en el cual se experimentan situaciones que requieren de conductas, herramientas y valores que se aplican en la vida real, pero que no traen generalmente consecuencias tan graves como en ella.
El deporte es un juego de competencia y los juegos son conocidos como las mejores herramientas de aprendizaje. Sin embargo se tiene que aceptar que en cualquier juego se pueden aprender cosas buenas y cosas malas. Idealmente se juega para aprender lo bueno, pero con una guía incorrecta, insuficiente o incompleta, el deporte puede enseñar conductas socialmente inaceptables.
Actuar honestamente
Todos los niños que practican deporte aprenden a hacer trampa. Es normal, porque es parte de cualquier juego. Pero también son parte del deporte las reglas y las consecuencias para quien hace trampa. Hay chicos que con sólo conocer las posibles consecuencias se vuelven honestos. Hay quienes necesitan sentir las consecuencias más de una vez, y algunos muchas veces. El deporte bien orientado puede ser sumamente valioso para estos últimos. Si bien algunos “tramposos” podrán alcanzar ciertas posiciones y sacar ventajas ocasionales, un proceso de selección natural en el deporte termina por relegarlos a favor de los más trabajadores, talentosos y honestos. Es necesario que se mantengan en la práctica por suficiente tiempo para llegar a comprender que en el deporte y en la vida hay reglas que respetar. Y graves consecuencias que sufrir si no se lo hace.
Controlar la ansiedad
Muchos científicos declaran que sin ansiedad no habría vida. Yo diría que sin ansiedad no habría deporte, el aburrimiento lo habría extinguido. La ansiedad es natural y en las canchas tenemos múltiples oportunidades aprender a manejarla en un ambiente seguro. A medida que un chico se desarrolla como deportista tiene la oportunidad de elevar sus niveles de tolerancia frente a la ansiedad. Generalmente una mayor capacidad para actuar de forma correcta frente a la ansiedad permite alcanzar mejores resultados. Si transferimos esa habilidad del deporte a la vida diaria, las probabilidades de éxito se incrementarán de manera notable. Si pensamos que la ansiedad en el deporte es negativa, llevaremos la misma actitud a la vida, seguramente con resultados lamentables.
Manejar la frustraciónLa competencia es un elemento esencial en el deporte y en la vida. Ganar y perder son las caras de una misma moneda. En los dos ámbitos es natural que haya quien gana más que otros, y en los dos ámbitos el que se pica pierde. Saber manejar la derrota en el deporte nos prepara para los golpes que nos dará la vida. Muchos atletas y entrenadores coinciden en que aprenden más de una derrota que de un triunfo, y la mayoría comprende que tendrán una nueva oportunidad para poner en práctica lo aprendido. Es importante que los niños aprendan a poner el resultado de un partido en perspectiva, y sepan que frustración no es lo único que se puede sacar de un partido perdido.
Lograr el máximo esfuerzo
El deportista tiene que aprender que los resultados dependen de su rendimiento y del de su contrincante, pero que sólo puede tener control de lo que él mismo es capaz de hacer. Alcanzan el éxito los que logran establecer un compromiso personal y con sus propios objetivos, manteniendo la atención y el esfuerzo sobre lo que depende de ellos.
Al entender que todo objetivo puede ser logrado si se lo divide en partes pequeñas, muchos atletas alcanzan y mantienen máxima motivación gracias a un programa de trabajo bien trazado, con metas alcanzables y que dependen de sí mismos. Se esfuerzan porque han entendido que ante objetivos correctamente establecidos no hay excusa que valga.
ConclusionesEl deporte es una herramienta útil en la adquisición de valores y habilidades para la vida en niños y jóvenes, cuando los padres y entrenadores consistentemente demuestran que se da más importancia a hacer las cosas bien que a de obtener resultados. Puede esperarse un aprendizaje adecuado en los chicos si los mayores tienen ese conflicto resuelto, una escala de valores clara y se mantiene a los jóvenes practicando deporte el tiempo suficiente como para que el aprendizaje se logre.